LAÚD RENACENTISTA
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A principios del s. XVI, con las nuevas necesidades expresivas de la polifonía renacentista, el laúd medieval comienza a sufrir una serie de modificaciones que lo hacen más versátil: deja de utilizarse el plectro para tocar y pasan a utilizarse los dedos, lo que permite tocar varias cuerdas a la vez; aumenta su número de cuerdas, de 5 órdenes dobles en un principio a seis, hasta llegar a diez ya bien entrado el s. XVII.
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Su importancia dentro de la música europea de este tiempo queda patente por el amplísimo legado de obras escritas para él por compositores como Da Milano o Negri en Italia, Attaingnant o Le Roy en Francia, Judenküning en Alemania... Otro dato que demuestra su importancia es el hecho de que a los constructores de instrumentos, desde esta época, se les conoce con la voz francesa de "luthier" (de luth = laúd), aunque curiosamente en España el término preferido es "violero".
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"Los embajadores", Hans Holbein el Joven, 1533.
National Gallery de Londres, Londres, Reino Unido.
Laúd de 7 órdenes
Este laúd es un diseño propio basado en originales de Hans Frei: el cuerpo está compuesto por 9 duelas de nogal, arce, cerezo o ciprés. La tapa es de abeto europeo. Diapasón y clavijas pueden ser de ébano, peral, boj u olivo enmarcado. El puente es de madera de peral. La roseta está tallada directamente en la tapa, y tiene un acabado a la gomalaca excepto la tapa, que está encerada. El tiro es de 600 mm.
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